Argentina, conocido por ser un destino económico para los turistas y expatriados debido a su tipo de cambio favorable, ha dado un giro inesperado en el último año. Lo que alguna vez fue un «país barato» en dólares, ahora se ubica como uno de los más caros de América Latina. Desde un café en Buenos Aires que supera al precio de Miami hasta productos básicos que duplicaron su costo en dólares, la realidad económica del país ha cambiado drásticamente.
El cambio comenzó con las políticas económicas implementadas por el gobierno de Javier Milei, cuyo principal objetivo fue reducir la inflación, que en 2023 alcanzó un alarmante 211%. Para lograrlo, el mandatario aplicó estrategias como el «ancla inflacionaria», el «ancla fiscal» y el «ancla monetaria».
Aunque estas medidas lograron disminuir la inflación al 118% anual en 2024, también llevaron al fortalecimiento del peso argentino. Esto ha provocado una inflación en dólares, donde productos que antes costaban US$100 ahora alcanzan los US$170, afectando tanto a locales como a turistas.
El impacto se observa en diversos sectores:
- En Palermo, un café cuesta US$3.2, un dólar más que en Miami.
- Productos básicos como pan y manteca han duplicado su costo en dólares.
- Los salarios han aumentado en dólares, pero no lo suficiente para equilibrar el poder adquisitivo de los argentinos.
Además, según el índice Big Mac de The Economist, Argentina tiene el precio más caro de la hamburguesa en América Latina (US$7.37) y el segundo más alto del mundo, solo superado por Suiza.
El fenómeno del «súper peso» ha generado tanto beneficios como desafíos:
- Aspectos positivos: Los salarios en dólares han crecido, y el Banco Central logró acumular US$25.000 millones en reservas.
- Aspectos negativos: Una caída del turismo internacional del 19,2% y un aumento de los costos para sectores productivos como la industria y el agro.
A pesar de las críticas, Milei ha prometido mantener la estrategia sin realizar otra gran devaluación, afirmando que el peso no está atrasado y que la economía puede ganar competitividad mediante desregulaciones e incentivos fiscales.
Sin embargo, expertos alertan que el fortalecimiento del peso podría llevar a una crisis en la producción nacional y generar un «industricidio», similar al de los años 90, cuando muchas empresas cerraron debido a un peso artificialmente alto.
La transformación de Argentina en un país «caro en dólares» es un reflejo de las políticas económicas recientes que, aunque redujeron la inflación, generaron nuevos desafíos económicos. Mientras el gobierno de Milei continúa trabajando para estabilizar el mercado, los efectos del «súper peso» seguirán marcando la vida cotidiana de los argentinos y el futuro del país.