El 5 de abril de 2025 no solo pasó a la historia por una marca deportiva, sino por cuestionar de forma directa los límites que por años han separado a hombres y mujeres en disciplinas de alto rendimiento. Brooke Raboutou, escaladora de 24 años nacida en Colorado, EE.UU., se convirtió en la primera mujer en encadenar una vía de grado 9b+ (la dificultad máxima confirmada en escalada deportiva), una categoría que hasta ahora solo había sido conquistada por ocho hombres.
La vía, conocida como ‘Excalibur’ y ubicada en Arco, Italia, es considerada una de las más duras del mundo. Ningún otro referente femenino, incluida la campeona Janja Garnbret, había logrado semejante hazaña.
“Me pediste todo, pero me diste aún más a cambio”, escribió Brooke en sus redes sociales tras lograr lo impensable.
Una victoria femenina en un mundo que aún pone barreras
Aunque la escalada ha sido uno de los deportes más inclusivos en términos de participación femenina, el salto de Brooke ha evidenciado que aún existen techos de cristal no rotos.
Hasta ahora, los grados de dificultad más altos eran territorio exclusivo masculino. El 9b+ era una cumbre que ninguna mujer había pisado. ¿Por qué? No por falta de talento, sino por una estructura que, durante décadas, ha condicionado el acceso, el entrenamiento y la visibilidad de las mujeres en deportes extremos.
El caso de Raboutou también expone cómo los sistemas de patrocinio y medios tienden a apostar con mayor fuerza por atletas masculinos, limitando oportunidades para talentos femeninos que, como ha quedado demostrado, pueden rendir al máximo nivel.
Una historia de legado, lucha y determinación
Brooke no es una atleta común. Es hija de dos leyendas de la escalada: Didier Raboutou y Robyn Erbesfield. Sin embargo, su camino no estuvo exento de sacrificios y entrenamientos extremos. En los Juegos Olímpicos de París 2024 logró una medalla de plata, pero nunca dejó de aspirar a la roca, donde ahora ha hecho historia.
Curiosamente, Brooke no había encadenado una vía de grado 9b antes. Su salto fue directo desde el 9a+, lo que hace su logro aún más provocador: ¿y si nunca hubo barreras reales, sino imaginarias?
Una sacudida al deporte: ¿qué sigue ahora?
El caso de Raboutou es un llamado de atención para todas las disciplinas que aún subestiman el potencial femenino. Si una mujer ha alcanzado el mismo nivel que los mejores hombres en uno de los deportes más exigentes física y mentalmente, ¿qué nos impide imaginar mujeres ganando el Tour de Francia, enfrentando a hombres en el tenis de alto nivel, o siendo entrenadoras en la élite del fútbol europeo?
Una victoria que trasciende la escalada
El logro de Brooke Raboutou va más allá de los muros de piedra. Representa el avance de las mujeres en espacios tradicionalmente dominados por hombres. Representa el poder de la perseverancia, la herencia y la fe en una misma. Y sobre todo, representa una nueva era para el deporte, una donde el género no define el límite.
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