19 de marzo de 2025 – Al Día 24/7
Un par de sandalias viejas, varios tatuajes en los brazos y el semblante de quien parece estar «pidiendo auxilio» permitieron a Mercedes Yamarte reconocer a su hijo Mervin entre un grupo de cientos de venezolanos deportados desde Estados Unidos hacia una cárcel de máxima seguridad en El Salvador.
El drama de Los Pescadores
Sentada en la entrada de su humilde hogar en el barrio Los Pescadores de Maracaibo, en el occidente de Venezuela, Mercedes llora al revivir el momento en que identificó a su hijo en el video oficial de la deportación masiva publicado por el presidente salvadoreño, Nayib Bukele.
«Me tiraba al suelo, decía que Dios no podía hacerle esto a mi hijo», recuerda entre lágrimas.
En el video, Mervin aparecía con la cabeza rapada, esposado y rodeado de decenas de policías armados. La noticia de su detención en Dallas, Texas, y su traslado a la megacárcel Cecot en El Salvador corrió rápidamente por las polvorientas calles del barrio Los Pescadores, una comunidad empobrecida ubicada a orillas del Lago de Maracaibo.
La incertidumbre y el dolor de las familias
Los vecinos del barrio comenzaron a analizar minuciosamente las imágenes oficiales, intentando reconocer a otros miembros de su comunidad entre los deportados. Con el paso de los días, confirmaron que, además de Mervin, otros tres jóvenes de Los Pescadores también habían sido enviados a El Salvador: Edwar Herrera (23), Andy Javier Perozo (30) y Ringo Rincón (39).
Yarelis Herrera, madre de Edwar, narra su experiencia entre sollozos. «Lo reconocí en el video, estaba allá. Sentí que me estaban sacando el alma», dice. Desde que Edwar emigró, mantenían contacto constante. «Siempre me escribía para saber de mí y de su hija», cuenta.
La detención en EE.UU. y el destino incierto
Las familias aseguran que los cuatro jóvenes fueron detenidos el 13 de marzo en Dallas por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE.UU. (ICE). Días después, Mervin logró comunicarse con su hermano y le informó que había firmado un documento en inglés que no comprendió. «Creíamos que iban a ser deportados a Venezuela, no a El Salvador», expresa Mercedes Yamarte.
Según el gobierno estadounidense, 231 de los 261 indocumentados deportados a El Salvador eran presuntos miembros del Tren de Aragua. Las familias rechazan estas acusaciones y aseguran que sus hijos son inocentes.
El temor por sus vidas
Los Pescadores, conocido por ser un barrio trabajador, se encuentra conmocionado. Los deportados eran conocidos por su amor al deporte y su dedicación al trabajo. Elisaúl Rico, capitán de varios equipos deportivos de la comunidad, afirma: «Nunca los he visto en cosas malas. Eran muchachos sanos y trabajadores».
Los familiares sospechan que las autoridades identificaron erróneamente a los jóvenes como criminales por sus tatuajes. «Mervin tiene tatuado el nombre de su hija, su abuelo y una frase que dice ‘fuerte como mamá'», explica su madre. «Eso no lo hace un delincuente».
Un barrio en duelo y en lucha
Mientras la incertidumbre reina en el barrio, los familiares organizan protestas y cadenas de oración para exigir la repatriación de sus seres queridos. «Queremos que regresen a Venezuela, donde pertenecen», dice Yarelis Herrera.
El gobierno de Nicolás Maduro ha condenado las deportaciones, calificándolas como «los episodios más oscuros de la historia de la humanidad», y prometió interceder por los deportados.
En medio de esta crisis, el barrio Los Pescadores sigue en vilo, aferrado a la esperanza de ver nuevamente a sus hijos libres. «Mi nieta dice que su papá viene en un avión», cuenta la abuela de Andy Javier. «Ojalá sea cierto».
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