La decisión del gobierno de Estados Unidos de poner fin a la licencia de Chevron en Venezuela ha encendido las alarmas en el sector empresarial. Fedecámaras, principal organización gremial del país, solicitó a ambas naciones retomar el diálogo para evitar un impacto económico mayor y preservar la estabilidad productiva.
En un comunicado, la patronal destacó que la salida de Chevron antes del 3 de abril, fecha límite establecida por Washington, podría afectar gravemente la economía venezolana, especialmente en aquellas regiones cuya actividad depende del sector petrolero.
Preocupación por la estabilidad económica
Fedecámaras subrayó que el país recibe un alto porcentaje de divisas de la industria petrolera, y la restricción a la transnacional estadounidense generará un impacto en diversos sectores, incluyendo salud y educación.
“Expresamos nuestra preocupación ante las implicaciones que tal medida traerá para el país, especialmente para las zonas cuya economía depende, en su mayoría, de este sector industrial”, afirmó la organización.
Además, advirtió que empresas vinculadas a la industria petrolera podrían verse afectadas, lo que repercutirá en las expectativas de crecimiento económico.
Las sanciones y la necesidad de soluciones
El gremio empresarial reconoció que Venezuela ya atravesaba un panorama financiero complejo antes de las sanciones impuestas por Estados Unidos durante la administración de Donald Trump, pero considera que estas medidas han agravado la crisis.
“Hacemos un llamado a evaluar con responsabilidad los efectos de esta medida y a buscar soluciones que eviten mayores distorsiones en el aparato económico, en un momento en que Venezuela necesita certezas y oportunidades para avanzar”, enfatizó Fedecámaras.
La organización insistió en la necesidad de generar condiciones que permitan atraer inversiones, garantizar el bienestar de la población y preservar la estabilidad productiva.
El trasfondo de la medida y la respuesta de Maduro
La revocación de la licencia a Chevron, otorgada en 2022 bajo la administración de Joe Biden, afecta una producción de aproximadamente 200.000 barriles por día en asociación con PDVSA, lo que representa un golpe significativo para la industria.
Desde la Casa Blanca, la decisión se justificó en el incumplimiento del gobierno de Nicolás Maduro en temas migratorios y en la falta de avances en la aceleración de las deportaciones de venezolanos indocumentados en EE.UU.
Maduro, por su parte, señaló que esta medida ha afectado no solo el programa de deportaciones, sino también las comunicaciones abiertas entre ambos países. Sin embargo, aseguró que Venezuela seguirá abierta a inversiones internacionales en petróleo, gas, petroquímica y refinación.
Con la incertidumbre en el horizonte, el sector empresarial insiste en la necesidad de mantener canales de negociación abiertos para evitar una nueva sacudida en la ya golpeada economía venezolana.