Hace 56 años, en las vastas sabanas del Rupununi, en el suroeste de Guyana, se desató una insurrección separatista que parecía sacada de una película de espionaje. Sin embargo, detrás de esta rebelión había un objetivo claro: que Venezuela retomara el control del Esequibo, un territorio de 159.542 km² que reclama desde el siglo XIX.
El 2 de enero de 1969, un grupo de ganaderos blancos e indígenas, descontentos con el gobierno guyanés, tomó las armas y se apoderó de Lethem, el centro administrativo de la región. Los rebeldes bloquearon pistas de aterrizaje, arrestaron a las autoridades locales y proclamaron el «Estado Libre del Esequibo», esperando que Venezuela enviara tropas para asegurar la zona.
Pero la esperada intervención nunca llegó. ¿La razón? Un cambio de gobierno en Venezuela y la presión de Estados Unidos frustraron el plan.
🕵️ ¿Fue Venezuela cómplice?
Aunque en su momento el gobierno de Raúl Leoni negó su participación, documentos desclasificados y testimonios de la época revelan una verdad incómoda. El historiador Guillermo Guzmán Mirabal, tras investigar archivos privados, confirmó que Venezuela no solo había financiado y entrenado a los insurgentes, sino que también había elaborado un «Plan de levantamiento de la población de la Guayana Esequiba».
Incluso, días antes de la rebelión, los insurgentes fueron trasladados en avión a Venezuela para recibir entrenamiento militar. ¿El objetivo final? Declarar la secesión y justificar una intervención venezolana en el territorio en disputa.
⚔️ El fracaso y las consecuencias
La falta de respaldo militar venezolano, tras la victoria electoral del socialcristiano Rafael Caldera, selló el destino de la rebelión. Las fuerzas guyanesas retomaron el control en cuestión de días, utilizando incluso lanzallamas para sofocar la insurrección, según testimonios recogidos por Guzmán.
Valerie Hart, la autoproclamada «presidenta del Estado Libre del Esequibo», huyó a Venezuela junto con otros rebeldes, donde recibió asilo político. Mientras tanto, el gobierno de Guyana utilizó el fallido golpe como evidencia de una «agresión venezolana», endureciendo su postura en la disputa territorial.
🌎 Una oportunidad histórica perdida
Para muchos historiadores, la rebelión del Rupununi representó la mejor oportunidad que tuvo Venezuela para zanjar la disputa por el Esequibo. «Nunca antes ni después Venezuela estuvo tan cerca de resolver el conflicto a su favor», asegura Guzmán.
Hoy, el conflicto por el Esequibo sigue sin resolverse, y la rebelión del Rupununi permanece como un capítulo olvidado, pero crucial, de la historia latinoamericana.
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